¿Tengo talentos? Tal parece que sí.
Tal vez no quería usarlo porque muchos en mi familia lo hacen o estaba en negación pero me atreví a usarlo, a hacer con amor lo que mamá un día me enseñó porque… ¿cuántas veces lo hizo conmigo?, ¿cuántas veces la ví hacerlo con otros niños?. Exáctamente eso hice, enseñé!, ¿primera vez? Si, ¿divertido? un poco, ¿satisfacción? bastante, ¿gozo? más de el que esperaba!.
Una sensación de haber cumplido mi deber me invade, aquí es donde me cuestionó y Él es quien responde.
¿Es éste mi llamado? Si, lo es..... ¿Es Bocachica el lugar al que me has llamado? Sí, lo es..... ¿Cómo puedo continuar? Continua conmigo.... ¿Y cómo hacerlo bien? No dejes de verme a mí.....
Es tan satisfactorio sentir que Jesús está contigo en lo que haces!; Es como si estuvieras en su taller y Él te enseñe como el maestro que es, pero es también la sensación de el Padre viéndote y mostrando su rostro de orgullo por su hijo que ha alcanzado lo que quería y se alegra junto con él.
Creo que así es como se siente seguir su voz, hacer su voluntad, andar en sus caminos, decirle si a Él. Es esa convicción profunda de que lo que haces, lo haces porque el es real porque existe en tu vida y en tu corazón y porque si no lo hicieras ¿Qué sería de tu vida hoy? ¿Qué sería de la mía?.
Me siento tan seguro de lo que hago y como un niño en brazos de su Padre confío en su protección, en su grandeza, en el por qué me creo, por qué me escogió a mí y sobretodo en quién soy en sus manos.
Germán Botero.
